Se cumplen 133 años del natalicio de Tito Roccatagliata
Violinista y compositor.
En los años '30 el tango entraba en su etapa definitiva. Julio De Caro ya había comenzado a grabar y su estilo generó la atención de sus colegas músicos, despertó controversias y, a partir de allí, convivieron dos líneas orquestales: la tradicional y evocativa, la vanguardista y renovadora.
Por entonces, Tito llevaba más de un lustro con su vida deshecha, estragada por el alcohol y la cocaína, hasta su muerte en 1925.
No fue un puntal del tango, ni dejó mucha obra, su título más importante es sin duda, “Elegante papirusa”. Pero las crónicas de su época lo muestran como un eximio violinista. Hoy nos resulta difícil aseverarlo, debido a la antigüedad de sus grabaciones, que requerirían de un experto para valorar esas condiciones.
¿Es poco para tenerlo en cuenta? No, porque ocurre que forma parte de la historia del tango mismo, por el hecho de haber estado junto a los nombres fundamentales de la creación del género, vayan como ejemplo dos de ellos, Roberto Firpo y Eduardo Arolas. Además integró la mítica Orquesta Típica Select, que fuera a grabar a Camden (Nueva Jersey), lugar de origen del sello Víctor.
Dos opiniones de su época aportan lo suyo. La del violinista Esteban Rovatti posiblemente exagerada, quien expresó: «Fue el violín tanguero más grande que ha existido». Y una mesurada, la de Emilio Fresedo, dos años menor que Tito: «Tuvo buena enseñanza e integró orquestas que interpretaban música clásica».
En 1908, formó un trío junto al clarinete de Juan Carlos Bazán y el piano de Roberto Firpo. A partir de ese momento, las idas y vueltas son constantes y unas cuantas se desconocen.
En 1909, trabó amistad con Eduardo Arolas, integró su cuarteto y comenzaron una larga amistad, donde la bohemia y el alcohol estaban de por medio. En 1910, actuó en el Café Oriental de la calle Entre Ríos, en un conjunto con Arturo Bernstein, Bazán y el pianista Pedro Modesto Ramírez.
Ya Vicente Greco había tenido la ocurrencia de bautizar a los conjuntos tangueros como Orquesta Típica Criolla y las grabaciones de discos resultaban un buen negocio. Arolas comenzó sus registros en el sello Polifón. Junto al fuelle del gran compositor estaban Tito, la flauta de Vicente Pecci y la guitarra de Emilio Fernández. En 1913 formó parte de otro trío con Genaro Expósito y Roberto Firpo y más tarde se sumó Arolas. Se presentaron en el Armenonville y en el renombrado café El Estribo, donde lo citaron como el «Célebre violinista criollo».
Con la orquesta de Firpo permaneció unos cuatro años. El director, al notar el estilo particular de Tito, decidió incorporar un segundo violín como apoyo armónico. Apareció entonces Agesilao Ferrazzano, un delicado ejecutante que contrarrestaba el ímpetu de Tito. Desde ese momento los violines dejan de tocar al unísono y los solos de violín en pizzicato por parte de Tito se insinúan sobre la base de contramelodías de notas largas que improvisa Agesilao. Si bien Firpo no fue el creador de este juego violinístico, impuso la modalidad a partir de entonces.
Durante 1915, no tuvo inconvenientes de grabar al mismo tiempo con el conjunto de Arolas para el sello Tocasolo Sin Rival, con Astudillo en flauta y Marcos Ramírez en guitarra. Formó parte de aquella renombrada fusión de las orquestas de Canaro y Firpo para actuar en los carnavales del Teatro Colón de Rosario, en 1917.
Poco después, estuvo en La Giralda de Montevideo cuando se produjo el estreno de “La cumparsita”. Firpo, que en la sencilla partitura que le presentaron tapó todos los claros y deficiencias de aquella primera composición del joven Gerardo Matos Rodríguez, agregó una contramelodía para dos violines, para que sus dos muchachos se lucieran.
Regresan al país y se presentan en el Palais de Glace. Luego, la desvinculación y vuelta a la bohemia junto a Arolas. La conjetura, seguramente acertada, es que esta decisión no fue buena para el futuro de su salud.
Actuó en numerosos locales, el enunciado de los mismos no tiene sentido, pero sólo para enumerar algunas direcciones citamos que: el trío Arolas, Tito, Cobián se presentaron en el cabaret Montmartre de la calle Corrientes al 1400, en el L’Abbaye de Esmeralda al 500, el Fritz de Suipacha al 400. Una temporada en la provincia de Córdoba, en el café Las Delicias. Una anécdota significativa contada por el dueño del local al músico Manuel Pizarro, que los sucedió cuando los muchachos terminaron su ciclo: «...tenían una sed inagotable, ya que en pocos días terminaron con una damajuana de ginebra».
Es 1917, Fresedo entró en lugar de Arolas. Nuevamente en la Capital decidieron alquilar un departamento para vivir juntos y poder ensayar con comodidad. Se ubican en Suipacha 323. En el Armenonville tuvieron muy buena repercusión y el sello discográfico Telephone los llama para grabar. La placa contiene el tango “Buenos Aires tenebroso” y “La cumparsita”, la nota destacada es que Cobián en vez del piano toca la guitarra. Se desarmó el trío y Fresedo arrancó para su lado. Cobián, por otro lado, formó un quinteto donde estaban Luis Petrucelli y Agesilao con Tito, más un quinto muchacho que, según Cadícamo, se apellidaba Colinos.
Y llegó el momento de la Orquesta Típica Select. El sello Víctor salió a competir con el Nacional-Odeon y quiso hacer un producto libre de deficiencias, por ese motivo, decidió grabar en la sede de la empresa, en Norteamérica. La línea musical era por supuesto el tango. Y para eso eligió a tres muchachos: Tito, Fresedo y Enrique Delfino. La paga fue de 5.000 dólares para cada uno.
Ya en Camden, Nueva Jersey, incorporaron un segundo violín y un cello. En los registros de grabación se nombra a Alberto Infantas en violín y Lennartz, en el cello. Aunque algunos dicen que también participó el cellista alemán Herman Meyer, de excelentes condiciones.
Alberto Infantas o Infanta, sería en realidad el violinista argentino Alberto Infante Arancibia, a la sazón director de la orquesta del cabaret de Nueva York: El Chico. Y aparece brevemente en dos películas de Gardel. En El tango en Broadway, es el cantor que canta borracho y debe ser reemplazado por Gardel. Y en El Día que Me Quieras es el policía de la escena con el pibe Piazzolla.
Grabaron 50 títulos. No en todos tocó el conjunto, hay solos de Fresedo y de Delfino, la razón habrían sido las excesivas libaciones de Tito que lo dejaban de cama. El trabajo duró tres meses del segundo semestre del año 1920.
Algunos de los registros muestran el particular lucimiento de Tito en los pizzicatos, por ejemplo en los tangos de Augusto Berto “Don Esteban” y “Curupaytí”. Su manejo del arco es notable y los realizaba con frecuencia sobre la cuarta cuerda , una dificultad técnica con positivo resultado musical, consigue un verdadero fraseo en los bajos, una definición bandoneonística, más adecuada para el tango que cualquier virtuosismo insulso.
De vuelta en Buenos Aires el trío agregó a Ferrazzano y prosiguieron trabajando. Más adelante, se separó Delfino y reapareció Cobián.
Cuando Fresedo debuta con su sexteto en el disco, los temas son “Snobismo”, de Cobián y “Siete pelos” del propio Fresedo, dedicado al presidente Alvear. Allí estaba Tito, a su lado Manlio Francia, el bandoneonista Alberto Rodríguez, Cobián y Thompson en contrabajo. Tito participó en las primeras 20 grabaciones y se incluyó su tango: “Elegante papirusa”. Cadícamo llegó a decir que aquel tango era de Cobián y no de Tito. Pero el estudio de la partitura rápidamente negó tal afirmación. Era una escritura poco elaborada y con claros a llenar, que era impropia del pianista.
Su salud llegó a un estado lamentable, aún faltaban dos años para el final. Sus últimas presentaciones habrían sido con Antonio Scatasso, en 1924. En esa orquesta también tocaban Bernardo Germino, Luis Bernstein (contrabajo) y Fidel Del Negro. Justamente con éste compone un último tango cuyo título nos hace conjeturar que tenía claro su futuro inmediato, “La vida”, justo lo que se le estaba yendo.
Tuvo una gran amistad con Cobián, también con Arolas, cuyo tango “Lágrimas” dedica a la madre de Tito.
Casualidad o no la partitura original muestra en el dibujo de la carátula a una mujer llorando recibiendo de madrugada a su hijo que llega en estado lastimoso portando un violín. Versiones de aquellos tiempos señalan que su necesidad de droga lo llevó a obligar a su mujer La Gallega (a quien dedicara un tango) a prostituirse para obtener dinero para comprarla.
Como compositor se pueden citar los siguientes títulos, aunque es posible que existan otros más. “Buenos Aires tenebroso”. Ya nombrado y que llegó al disco. “Don Eduardo”. Grabó La Select. “Elegante papirusa”, que tiempo después de editado y llevado al disco recibió versos de Sandalio Gómez. La inicial grabación de Fresedo fue seguida en el tiempo por varias versiones de la que se puede destacar la de Miguel Caló, que en épocas de censura (27/12/1943) la debió rebautizar “Elegante porteñita”. “Firpito”, dedicado a Roberto Firpo, quien lo grabó. “La Gallega”, dedicado a su mujer. “La vida”, con Fidel Del Negro y letra de Genaro Pugliesi.
Tito tuvo un breve paso por la vida, pero no se lo puede soslayar en la historia del tango. Hoy no hay duda de que su aporte ha sido importante y su figura, un arquetipo de la bohemia de la belle epoque.
Titto nació el viernes 30 de enero de 1891 y partió al descanso eterno el miércoles 7 de octubre de 1925
Fuente: https://laalfredobelusi.blogspot.com/2024/01/se-cumplen-133-anos-del-natalicio-de.html