
A 125 años del natalicio de Alejandro Junnisi
El 15 de diciembre de 1897 Nació Alejandro Junnisi, bandoneonista, compositor.
Alejandro Junnissi merece estar entre los creadores importantes por tres de sus temas clave para los milongueros. Esos tres tangos citados son: El ingeniero, El recodo y El puntazo, que alcanzaron la cima en las interpretaciones de las formaciones de Carlos Di Sarli y Juan D'Arienzo
Alejandro, nació en 1897 en la calle Acoyte del porteño barrio de Caballito. Hijo de inmigrantes italianos (José Junnissi y Liberata Serassino), de Potenza, que llegaron a la Argentina en la década del '90 del siglo XIX, y se dedicaban a la fabricación de mosaicos y macetas, como aquellos enanitos de los jardines. Tuvieron 9 hijos: 6 varones y tres mujeres. Tres de los muchachos se dedicarían a la música: El citado Alejandro; Severo y José, éste último padre de Aldo, que fuera bandoneonista de la orquesta de D'Arienzo.
Los tres hermanos formaron una orquesta juvenil dirigida por Alejandro, con la que tuvieron actuaciones en radio y clubs de la zona. También Solían tocar en pueblos del gran Buenos Aires como Chascomús.
Participaron en fiestas del barrio, en serenatas, y en bailes que se armaban en las casas grandes, conocidas como "chorizo", aquellas de patios largos, con higuera al fondo, donde pagaban entrada los muchachos y las chicas lo hacían gratis.
Con el paso del tiempo los hermanos Junissi, Alejandro y José, decidieron dedicarse a la enseñanza y montaron su academia propia. El primero enseñaba tanto técnica del bandoneón como composición y entre ambos daban clase de teoría y solfeo. Tendría algunos alumnos que llegarían a destacarse, como Carlos Lazzari, Aldo Junnissi, Juan Puey (autor de El sueño del pibe) y otros. Incluso los dos primeros le dedicaron su tango Don Alejandro, al mayor de los Junnisi, que grabaría Juan D'Arienzo con su orquesta el 13 de septiembre de 1958.
No se dedicó a la música profesionalmente ni actuó en orquestas. Era consultado por colegas sobre algunos aspectos e incluso ayudó a algunos a plasmar sus temas. Le gustaba la vida familiar en su casa de la Avenida General Paz 5978, y tenía un terreno al lado de la misma donde cultivaba diversos tipos de verduras y frutas que luego consumían en familia. Solía salir con su amigo Juan Deluglio, bandoneonista de oreja, con quien iban a tocar a algún café o fiesta. Con él hicieron Tarde de barrio (letra de Ismael R. Aguilar), Va y viene, Los yuyales, Cuando sopla el viento y los valsecitos Muñequita negra y Canto a las estrellas. Los últimos años de su vida los pasó mal, no podía hablar y debía escribir todo, no pudieron los médicos hallar remedio a sus problemas y fallecería el 29 de mayo de 1956.
Dejó una obra no muy extensa, en la cual, además de sus tres grandes logros, figuran Agonía, El trompito, De rebote, Cuando sopla el viento, Una carta más, Cantos rodados, Va y viene (dedicado al pueblo de Lezama), Bajo la cruz del sur, Sonrisas entre tulipanes, Los yuyales, Muñequita negra, algunos instrumentales y otros en sociedad. El destacado poeta Armando Tagini le agregó versos a El recodo, pero no tuvieron éxito. Además hablaba de un tema amoroso y como puede verse en la partitura, el recodo se refiere al codo que doblan los caballos en el hipódromo cuando entran en la recta final rumbo al disco.
El recodo por Osvaldo Pugliese y tres violines, viola, violoncello y contrabajo, comandados por Mauricio Marcelli, y llevado al disco en 1970. El ingeniero, por Carlos Di Sarli y su orquesta en la tercera versión que realizara del tema el 31 de enero de 1955. Y El puntazo por la orquesta de Juan D'Arienzo, grabado el 13 de agosto de 1952.